Esta casa debe su nombre a los Frailes Dominicos, que la habitaron antes de fundar el Convento de Santo Domingo de Guzmán en el siglo XVII y que da el nombre de "El Convento" a todo el barrio. Existen grabados de la época donde se representan el barrio únicamente esta casa y otras dos.

El camino empedrado que le da acceso por uno de sus lados es de los pocos que se conservan iguales desde prácticamente su construcción, por él se celebraban las procesiones del Via Crucis en Semana Santa lo que resultaba ciertamente impresionante al ser roto el sepulcral silencio que reina en la zona únicamente por los cantos y pasos de los vecinos acompañando al Cristo crucificado, con velas, en la oscuridad de la noche.

También tenemos La Alameda, antiguo paseo de las señoritas del pueblo,  que recorre la zona alta del barrio, comunicándolo con la zona de San Pedro, desde donde se puede acceder caminando al Parque Nacional de Garajonay.

Fraile I, en la planta baja, es más pequeña pero no por eso deja de ser igual de bonita y acogedora. Muestra grandes arcos divisorios en su interior, además de mantener en el salón, antigua bodega, una de las pequeñas ventanas originales. Contiene mobiliario de estilo rústico una cuidada decoración. Los jardines son espaciosos con una gran variedad de plantas y flores, además de frutales, la casa dispone de mobiliario de exteriores y barbacoa, lo que permite pasar agradables jornadas en disfrutando del sol y tranquilidad de la zona. Existe entre los arboles un agradable banco de mampostería permite la lectura a la sombra, durante algunos años a principios del siglo XX la parte baja de la casa fue utilizada como bar y los vecinos se sentaban en el a disfrutar de sus consumiciones y a charlar animadamente.

Fraile II, en la planta alta, se trata de una amplísima rehabilitada manteniendo fielmente el estilo original y algunos detalles curiosos como el antiguo horno de leña de la cocina. Con altísimos techos de madera las habitaciones, amplias y espaciosas, mantienen los tradicionales bancos bajo las ventanas. La casa cuenta con un jardín de acceso cubierto por una parra y un patio interior con plantas y flores, dispone además de una azotea desde donde se contemplan extraordinarias vistas sobre el valle y sobre el conjunto historio de “El Convento”